lunes, 11 de febrero de 2008

Da Vinci, el cocinero



Es verdaderamente agradable encontrarse en la Biblioteca Central con un texto como éste: Notas de cocina de Leonardo da Vinci, compilado y editado por Shelagh y Jonathan Routh, en el que además de encontrar al inventor, pintor y todas las facetas ya conocidas, podremos encontrar al jefe de cocina de la taberna Los Tres Caracoles y maestro de banquetes en la corte de Ludovico Sforza.
En este libro podemos identificar al genio del florentino que iba más allá de lo que los cánones de la época dictaban. El texto está basado en el Codex Romanoff donde pueden apreciarse los dibujos de los inventos que Da Vinci creía necesarios para satisfacer las necesidades del momento. Un ejemplo de ello, es la propuesta para estirar la lasaña —muy lejos de la actual, ésta era durísima— para convertirla en espaguetti (invento de Da Vinci). O también aquella donde quería utilizar una prensa con caballos para abrir nueces y no desperdiciar el tiempo y las fuerzas del hombre.
Además, a través de las páginas se manifiesta el genio y la inquietud de Da Vinci. Por un lado, están su gusto por la cocina, por la observación y sus aportaciones para mejorar la alimentación que estaba más o menos generalizada en toda Europa; por otro, sus ideas acerca de una alimentación más ligera y con la misma posibilidad de satisfacer las necesidades fisiológicas, es decir, una especie de propuesta vegetariana o light.
Es también importante para acercar la mirada al tipo de alimentos y preparación que daban a éstos en los países europeos antes del encuentro con América, antes del aporte a las cocinas mundiales de todos los ingredientes americanos que vendrían a enriquecerlas de forma radical.
Como documento histórico es también interesante, ya que pueden apreciarse tanto ingredientes como modos de preparación de éstos y además, se perciben el tipo de enfermedades que aquejaban a los habitantes del Viejo Mundo, así como las posibles comidas que eran recomendadas para tales casos.
Por otra parte, la serie de inventos para la cocina de Leonardo, incluyen servilletas, molino de pimienta, lluvia artificial en caso de incendios, tambores mecánicos para musicalizar, un asador automático, el tenedor de tres dientes, además de un cortador de berros gigante que como muchos de sus inventos, provocaron más caos que soluciones y éste es utilizado como arma contra las tropas enemigas de Ludovico Sforza. Incluso un genio como Da Vinci era falible.
Para quienes ven en Da Vinci a uno de los genios universales, este libro confirmará sus percepciones y para quienes no, este documento, les hará cavilar en torno a la capacidad reflexiva e inventiva del florentino. Sin duda, este texto sobre una de las facetas inusuales de Leonardo, es una joyita que puede apreciar quien quisiere en esta Ciudad Juárez. Es un libro maravilloso que no pueden dejar de leer.

Clasificación: TX 723 N6718 Ej. CGBCE

2 comentarios:

espaciocompartido dijo...

Al menos a mi me sorprende este aspecto de la vida de Da Vinci, desconocido hasta que lo escuché de tu boca (mejor que leído claro). Siempre nos enseñan que este señor es quien pintó a la Gioconda, que dibujó al hombre de cautro brazos y cuatro piernas y otras cosas, pero creo que leer aspectos de su humanidad como simple ser te pueden incluso llegar a enamorar de un personaje de cuentos. Excelente referencia del libro, espero leerlo pronto.

Marlon Martínez Vela dijo...

Gracias por la visita mi reina.
Luego lo saco pa que lo leas.
Hasta siempre.
Te amo.
Dios te cuide y bendiga siempre.
Chaus.